Como emprendedora, mamá, esposa, y nutricionista sé la locura que es dividir el día en mil partes.

¡Amo la gastronomía! Desde que tenía 3 años, aprendí a cocinar con mi abuelita. Mi papá es chef y, siempre quise estudiar nutrición. 

Pero, te confieso que, en mis +10 de años de experiencia, tuve un conflicto interno con la consulta tradicional de nutrición. 

Mi intuición me decía: ¿para qué desgastarnos por el número en la pesa, de sumar y restar calorías? Eso ¡no genera una relación sana con la comida y tu cuerpo! 

Cuando ligamos tanta presión para tener un número determinado, ¡la cocina se vuelve frustrante!

Por eso, dejé de pesar los kilos de mis clientas y les enseñé una forma diferente de alimentarse SIN el estrés de las porciones.

Más bien, fue un hábito consciente de algo más: cómo crear recetas fáciles y súper nutritivas para su estilo de vida que, además, les ayudará con sus problemas digestivos, inflamación y bienestar.

Descubrí que la gran mayoría tenía molestias similares, pero la historia cambió cuando abordamos su alimentación ¡SIN tantas limitaciones!